VILLA MERCEDES
Intento de amedrentamiento de la ex diputada Anabela Lucero y su pareja, el diputado Joaquín Beltrán al fiscal que los investiga
Este viernes las propiedades de los dirigentes albertistas fueron allanadas en el marco de una causa que los vincula a delitos cometidos contra el Estado. En la calle quisieron “arreglar” con los funcionarios judiciales.
Los resultados de una denuncia contra cuatro ex funcionarios del Molino Fénix y la Casa de la Música sacudieron la mañana de este viernes. Uno de los implicados por el vaciamiento de las instalaciones del Estado es el actual diputado provincial, Joaquín Beltrán, y la investigación involucra a la ex legisladora Anabela Lucero, no solo porque son pareja sino porque ella ejerció un papel central en la administración. Desde allí manejó el dinero para hacer política.
Una de las casas requisadas por los policías fue la de ella, que está ubicada en el barrio 500 Viviendas, y otra de él. También un salón de fiestas y un depósito, que les pertenece.
Desde el primer día la acusación penal cayó en manos del fiscal José Olguín, quien atendió a los periodistas para comunicar los detalles de los procedimientos. Dijo que el fiscal adjunto Marcelo Palacios había encabezado la investigación que lleva varios meses.
Lucero y Beltrán no se quedaron con los brazos cruzados. Se subieron al Peugeot 208 de él y salieron desesperados hasta el Poder Judicial. Llegaron y a los gritos pidieron hablar con Olguín. Pero el fiscal no los atendió. Ninguno se presentó con abogado.
La negativa no los hizo retirarse. Querían confrontar a Olguín a toda costa, y eso fue lo que finalmente hicieron.
Esperaron que los dos funcionarios salieran desde el estacionamiento del edificio judicial, que está al ingreso del Parque del Lago, a pocas cuadras del centro de la ciudad.
Eran pasadas las 14. Olguín arrancó su auto (Wolswagen Voyage azul) y Palacios el suyo (Saveiro blanca). Salieron en ese orden. Los dirigentes albertistas los siguieron hasta que se hicieron ver en Pringles y 9 de Julio, y llegaron hasta General Paz. Le adelantaron el vehículo a Olguín y se le pusieron al lado. Por esa extraña situación, él se detuvo y les preguntó qué pasaba.
Beltrán y Lucero fueron claros: querían “arreglar” las cosas de un modo que no es el camino de la Justicia.
El fiscal les transmitió que no había nada que arreglar en la calle, y que se presentaran “como corresponde” en Tribunales.
De la secuencia hay testigos, y también el registro que tomaron cámaras de seguridad.
Olguín había anticipado a la prensa que la causa que llevan adelante “es mucho más grande”, y que hay “más hechos y circunstancias”.
“Tenemos mucha seguridad en lo que hacemos, y hay otras causas en trámite, por lo tanto, los procedimientos van a continuar la semana que viene. Tenemos un organigrama de medidas a ejecutar”, aseguró.
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